Muchas veces se vuelven parte del paisaje y en ocasiones son prácticamente invisibles porque nos parece obvia su existencia, solo dándonos cuenta de ellas por su ausencia o por la dificultad de tomar decisiones por nosotros mismos y se hace necesario preguntar a alguien por indicaciones.

En muchos casos estos lugares suelen tener altos volúmenes de movilidad de propios y extraños, y necesitan que sus sistemas de señalética y arquigrafía sean claros, concisos y visibles, que puedan actuar como guías y ayudar a las personas a encontrar el camino rápidamente.

Para esto es clave entender las necesidades de todo tipo de públicos que visitarán y habitarán estos espacios, incluyendo aquellos que tienen movilidad reducida o impedimentos físicos y que requieran otras consideraciones. La esencia de la señalética está en mejorar la experiencia del usuario en un espacio, basándose en una observación cuidadosa para crear elementos que sean altamente informativos y que mejoren la vida de las personas.

Los diseñadores deben estar atentos a todos los detalles y estudiar las necesidades de uso del espacio, desde la operación con el personal de atención que trabajará en su funcionamiento, desde los usuarios diarios que tienen unas necesidades específicas y desde la mirada de públicos mas esporádicos, entendiendo que todos deben orientarse de manera intuitiva gracias a la señalética y que esta les proporcione respuestas precisas en el momento justo en el que necesiten tomar una decisión de movilidad, ofreciéndoles rutas que permitan una navegabilidad más eficiente.

También entran en juego aspectos emocionales como el estrés o la ansiedad. Una buena señalización, complementada con arquigrafía, puede crear espacios más amables, que tengan una cercanía especial con los usuarios, y transmitir tranquilidad al aportar la información necesaria de manera oportuna.

Un sistema de señalización requiere de un lenguaje universal que pueda leerse por todo tipo de público sin esfuerzo y sin importar el idioma nativo, presentar la información de forma ordenada y clara, hacer uso de codificaciones de color que puedan ayudar a navegar el espacio de forma correcta, aplicar un tamaño de texto especifico para su legibilidad, dando prioridad a la información más relevante, y donde se tenga en cuenta el aspecto de visibilidad en función de la distancia

Además de todo esto requiere poder transmitir el lenguaje propio de la arquitectura, estar conectado con la marca y su estética particular. Debe estar basado en una historia; esta determinará su estilo, forma y materialidad para ser congruente con el espacio que habita, debe ser visible y aportar al look general del lugar. Ubicarse en el espacio arquitectónico de manera efectiva, con materiales duraderos que permitan su permanencia en el tiempo, ser planificada como un sistema, aplicando el mismo estilo de tipografías, texturas, familias iconográficas, haciendo usos de color unificados, y en algunos casos usar lenguaje braille, incluir elementos sonoros o de luz en las señales para hacerlas más visibles y accesibles a todos los públicos.

Contar con elementos estratégicos como mapas que permitan comprender la ubicación actual del individuo, indicando puntos clave de referencia y destacando todos los puntos de interés. Su objeto en gran medida es mejorar la experiencia a través de un sistema informativo muy completo, conectado a la esencia de la marca.

La tecnología también se ha integrado al diseño de señalización y cada vez cobra mas vigencia a través de pantallas interactivas que actualizan su información permanentemente, como en los aeropuertos y estaciones de transporte, e incluso integrando elementos con usos de códigos QR para guiar la visita de una persona en un espacio desconocido y facilitar que encuentre su camino.