Escuchar, observar e interpretar

Parece simple, una instrucción básica y obvia que no necesita explicación, pero que es tan vital, que sin aplicar a fondo estos 3 elementos, se puede llegar a hacer un trabajo creativo muy pobre, que no llegue a cumplir por completo las necesidades del cliente.

La escucha activa es, por naturaleza, el primer paso de esta fórmula para procesar de forma consciente una conversación y entender bien al cliente. Es una verdadera escucha. En nuestros cerebros creativos siempre están bullendo ideas y muchas veces, escuchamos algunas primeras instrucciones y ya estamos metidos en un mundo de ideas propias de lo que el cliente necesita. En muchas ocasiones, estamos resolviendo el problema sin terminar de escucharlo. Y esto solo hace que nuestro trabajo no cumpla con las expectativas del cliente.

Una escucha activa, nos obliga a acallar nuestro «ego» creativo para dar paso a absorber toda la información, verbal y no verbal de lo que el cliente necesita. La escucha activa es el paso más importante del proceso, y si tenemos la oportunidad de estar sentados frente al cliente, la observación activa será un segundo paso esencial para nutrirnos de las herramientas necesarias y disponernos a conocerlo mejor.

Todo en él nos transmite nuevos conceptos. Su forma de vestir, su comportamiento, los códigos con los que se identifica, si su motor está en reflejar una autenticidad ligada a su personalidad, si busca ser complacido hasta el último detalle porque es el curador de su propia visión o si busca complacer a su cliente objetivo y lo que este requiere y espera de la marca y/o espacio a crear. Todo esto lo dirá una observación atenta, sin prejuicios y abierta a entender al cliente.

Y es que la palabra «prejuicio» es difícil de manejar para el ser humano. Desde la cuna, estamos condicionados a tener nuestros propios pensamientos y crearnos una idea de las cosas, en la mayoría de los casos, desde el desconocimiento. La observación activa nos exige intentar acallar esa voz interna que nos transmite ideas que vemos cruzar por nuestra mente ante alguna actitud, comportamiento, forma de vestir, lenguaje, entre otros, y que pre-condiciona nuestras ideas.

No se trata de bloquear el cerebro a estos pensamientos sino de dejarlos pasar y estar atentos a observar más cosas. Sabemos que nuestros cerebros arrojarán juicios de valor, pero se trata mas bien de permitirnos estar abiertos a toda la conversación e interacción, a pesar de ellos, para poder permitirnos observar más allá de esas primeras ideas, ver “más allá de lo evidente».
Y el tercer y último paso, interpretar, es el de asentar todas estas ideas sin prejuicios, para dar paso a lo que el cliente quiere y espera de nosotros, ser capaces de leer «entre líneas» tanto lo que dice, como lo que calla y entender que él o ella también están cargados de sueños, de buenas ideas, de motivos por los cuales su idea de negocio los mueve más allá del dinero.
Como lo decíamos desde un principio, escuchar, observar e interpretar activamente, parece sencillo pero realmente es un trabajo exigente con nosotros mismos como creativos, es permitirnos tener esa propia intuición pero a la vez, absorber todo lo que se presenta en esos encuentros con el cliente, para estar atentos a todo lo que ocurre.

Además la escucha activa mejora la inteligencia emocional, nos ayuda a ser más asertivos en nuestro desempeño y aprender a encontrar las preguntas más efectivas para comprender mejor el problema que se nos presenta. Este proceso nos ayudará a alcanzar una mayor empatía con el cliente y enriquecerá el siguiente paso del proceso, una conceptualización más cercana a los deseos, sueños y emociones de nuestro cliente.

Estás acciones nos exigen más como personas y es a través de la práctica que vamos puliéndonos para enganchar verdaderamente nuestro quehacer creativo con las necesidades reales e imaginarias del cliente, para crear una verdadera fórmula del éxito, llevar un paso mas adelante nuestro trabajo y hacerlo verdaderamente valioso para nuestros clientes.

En discorp contamos con 28 años de experiencia en el diseño de proyectos comerciales, de vivienda y de oficinas empresariales para Colombia, Latinoamérica y el Caribe, respaldados por un equipo humano interdisciplinario, altamente capacitado, comprometido y apasionado con los proyectos que se realizan en nuestra empresa.

¿Te interesa este tema? ¿Quieres saber más sobre la escucha activa? Escríbenos a comunicaciones@discorp.com.co para ampliar esta información o reunirte con nosotros.

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