Las marcas se comportan como los seres humanos, ellas crecen, maduran y desde un inicio o con el tiempo, adoptan comportamientos que las acercan a nosotros: algunas son amigables y encantadoras, otras activas y deportistas, otras vanguardistas y audaces, y con estas características nos permiten entenderlas mejor pues nos vemos reflejados en ellas, encontramos similitudes o situaciones que nos acercan, valores que nos conectan, y sintonizamos con un estilo de vida que está intrínsecamente ligado a ellas.
Como personas cargadas de un gran atractivo, las marcas se pasean ante nuestros ojos y también nos indican lo que les gusta, lo que ellas rescatan de las tendencias del momento para atraer nuestra atención, nos cautivan porque conectamos con sus propuestas y nos dejamos seducir por su toque único.
Estas personalidades con estéticas propias, vienen dictadas por las marcas y es la labor del branding transmitir estos mensajes de forma coherente porque en una marca todo comunica más allá de sus productos: desde la selección de materiales en los pisos hasta las luminarias que crearán acentos en los ambientes, cada elemento dentro de un escenario comercial o corporativo cuenta una historia. Y estos detalles sumados crean ambientes coherentes que atraen a las personas con las que las marcas pueden construir una comunidad y crear un sentido de pertenencia.
La constante interacción de una comunidad creada al rededor de una marca es la que refuerza este estilo de vida asociado, y con el tiempo, genera lealtad hacia la misma. Y esto ocurre no solo en las marcas de moda o alimentos, en las que es tan fácil leer un estilo de vida por las imágenes con las que suelen promocionar sus productos.
También en los ambientes corporativos o de servicios podemos encontrar que las marcas transmiten su esencia, porque están ligadas a las personas y a sus preferencias, a los grupos de trabajo que en ella laboran, a conectarse con el tipo de clientes que hacen parte de su público objetivo, porque quieren transmitir un status, generar prestigio en los ambientes empresariales con los que se codean, entre otros. El sector industrial y corporativo también entiende la importancia de mantener una buena apariencia para hacer negocios y crecer en el mercado.
El concepto de estilo de vida abarca todo tipo de aspectos desde las actividades rutinarias, a las preferencias y prioridades, desde los hábitos e intereses hasta las aspiraciones que definen una forma de vida. Las marcas entienden estos aspectos y crean un sello distintivo que les permite reflejar estas actitudes, valores y todo lo que se relaciona a su personalidad para verse únicas en medio de tantas opciones que ofrece el mercado.
El diseño de espacios que crean experiencias en relación con la iluminación, una distribución a la medida de sus necesidades, la incorporación de arte, la acústica, entre otras, es clave para generar una conexión emocional, crear recordación y construir un sentido de pertenencia en la mente de sus visitantes.
En discorp tenemos 28 años de experiencia en el diseño de escenarios comerciales y corporativos en Colombia, Latinoamérica y el Caribe, respaldados por un equipo humano interdisciplinario, altamente capacitado, comprometido y apasionado con los proyectos que se realizan en nuestra empresa.
Proyecto: One Plaza
Ubicación: Medellín, Colombia
Alcance: Arquigrafía y Señalética
¿Te interesa este tema? ¿Quieres saber más sobre las marcas y como aplicar su estilo de vida a los escenarios en los que interactúan con su público objetivo? Escríbenos a comunicaciones@discorp.com.co para ampliar esta información o reunirte con nosotros.
¡Comparte este artículo!