Conocer la distribución de las áreas, las características de iluminación diurna y nocturna, el flujo de personas que frecuentará el edificio y áreas de parqueo, entre otros, ayudará a tomar las decisiones apropiadas en su desarrollo y a llegar a una propuesta gráfica y estructural que cumpla con el objetivo del proyecto.

Una propuesta de diseño minimalista prioriza la funcionalidad buscando la eficiencia y la efectividad. Esto implica eliminar elementos innecesarios para crear una línea más simple que destaque lo esencial. La frase “menos es más” del arquitecto Mies Van Der Rohe, resume esta filosofía, donde se utilizan elementos mínimos y básicos, colores neutros y formas geométricas sencillas, para enfatizar en la belleza de lo simple y aportar serenidad.

Esta postura estética suele dotar a los espacios y elementos diseñados con características que los hacen atemporales, trascendiendo las modas y las tendencias del momento para conservar su relevancia y longevidad. Además aportan un lenguaje neutro a los espacios comerciales, donde la visibilidad y fácil lectura de las señales no opaca la exhibición de los productos.

El minimalismo también apela a la sostenibilidad ya que busca optimizar los procesos de construcción para lograr una mayor expresividad con recursos mínimos, lo que reduce costos de producción e implica una menor inversión en materiales y acabados. Una propuesta de diseño minimalista también es flexible y puede adaptarse a los cambios y transformaciones del espacio a lo largo del tiempo.

Una alta legibilidad es la clave para cumplir su función y propósito. Para esto, la selección de una tipografía clara y de formas limpias, el orden de los elementos, el contraste de colores, el tamaño de las letras y elementos visuales, y su distribución en el diseño, serán los vehículos para proporcionar una información clara y una orientación oportuna a los visitantes. Con estos se desarrollará una estética particular donde los diversos elementos del sistema: totems, señales direccionales, señales puntuales, entre otras, conserven un lenguaje unificado que aporte personalidad al espacio.

Priorizar la información y presentarla en el orden de relevancia o de cercanía es fundamental para el buen funcionamiento de la señalética. Situar las piezas en una ubicación estratégica es otro aspecto de vital importancia, ya que se deben tener en cuenta los recorridos de las personas y estos deben ser muy intuitivos para responder las preguntas de la audiencia en el momento oportuno. La altura de la señal, el ángulo de visión del espectador y la distancia, son consideraciones que afectan sus características de tamaño y su ubicación definitiva.

En su materialización se busca crear piezas que destaquen los materiales aportando belleza y armonía a los espacios desde la simplicidad. Se consideran las formas sencillas y los materiales duraderos que permitan un fácil mantenimiento. La iluminación, tanto externa como interna, es de suma importancia, para permitir una adecuada lectura de la información y llevar a buen término las señales diseñadas.

Cabe destacar que la señalización en muchos casos, además de orientar al público que visita un espacio, debe desarrollarse cumpliendo con las normativas locales y regulaciones de seguridad necesarias para permitir una evacuación adecuada de los espacios, buscando reducir los riesgos para propios y visitantes.

La señalética diseñada para el proyecto ABC&D cumple con estás características de minimalismo, sobriedad, estética y visibilidad, traducidas en señales en alto contraste de fácil lectura, donde se destacan materiales y detalles que se traducen en un espacio armonioso y atemporal, con la intensión de complementar la experiencia de la marca.