Para llevar a cabo un proyecto de interiorismo comercial se debe iniciar con una revisión profunda de la marca, para poder interpretarla en términos del espacio, revisar las necesidades y gustos del público, sus motivadores e inhibidores, entre otros, para crear un diseño de interiores atractivo y confortable. También es importante conocer los diseños de punto de venta de los competidores, para ofrecer una propuesta diferente y que refleje a la marca de forma consistente y coherente.

A partir de esta revisión se desarrolla un storytelling que pueda alinear el estilo de la marca, los objetivos comerciales y una propuesta atractiva y diferencial, que logre captar la atención del público. Con esta historia de marca se busca generar un diseño centrado en el cliente, con ambientes cómodos, que puedan despertar la curiosidad y que animen al público a recorrer el espacio.

En este punto se definen esos aspectos memorables y únicos, como crear experiencias inmersivas para atraer a los consumidores y así lograr que permanezcan en la tienda por más tiempo, para que puedan conocer mejor a la marca y sus productos o servicios. Para esto se deciden aspectos tan relevantes como el de implementar materiales sostenibles, aplicar las tecnologías requeridas para generar una experiencia de compra interactiva, se define si el espacio debe ser flexible y versátil, entre otros, que puedan generar una clara diferenciación de la marca y hacerla memorable.