Este término es nuevo para muchas personas y su significado es “amor por la vida y por lo vivo”. La biofilia está relacionada con el entendimiento del ser humano como parte del ecosistema. Y ese amor se expresa a través de una reconexión con la naturaleza trayendo a los espacios interiores los elementos de la misma: la luz natural, la vegetación y el aire puro. Este concepto toma como base la relación instintiva entre el ser humano y la naturaleza que lo rodea, para impactar el estado anímico de las personas hacia modelos más positivos. Estos ambientes con mayor contacto entre lo humano y la naturaleza reducen el estrés e incluso mejoran la creatividad y la productividad.

Cuando estamos inmersos en un espacio natural la respuesta de nuestros cuerpos es mucho más tranquila y relajada. Habitar espacios que tengan mayor conexión con lo natural puede modificar nuestro humor y motivación. Al mirar las plantas la frecuencia de respiración y de los latidos del corazón decrece aportando una sensación de tranquilidad, de paz, ayudando a una mejora significativa de la salud. La biofilia incluso puede ayudar al cuerpo a regular mejor los carbohidratos, proteínas y grasas, normalizar la presión sanguínea e incluso mejorar los ciclos de sueño.

Aunque el concepto de biofilia aplicada a los edificios es relativamente nuevo para la cultura occidental, en el oriente ha sido un concepto mas consistente debido a una mayor conciencia desde sus culturas originarias, del potencial sanador que tiene la naturaleza y por tal motivo es más común y valorada.

Las nuevas tendencias en el diseño de hospitales apuntan hacia la aplicación de este tipo de diseños porque se ha visto que mejoran el índice de recuperación en los pacientes y esto tiene mucho sentido si recordamos la importancia que ha tenido la naturaleza para sanarnos. Un espacio innovador, conectado con la belleza y salud de la naturaleza, inspira positividad y optimismo a pacientes y visitantes.

El diseño biofílico está orientado a traer a las ciudades y a los interiores de edificios una experiencia con la naturaleza a través de la luz, el aire, el agua, las plantas, los animales, los paisajes y el contacto con el clima que nos prodigan altos índices de bienestar.

Una experiencia indirecta, aunque igualmente valiosa la podemos encontrar a través de imágenes de la naturaleza, materiales y colores naturales, formas, geometrías y siluetas que evocan a la naturaleza y la biomímica, que estudia la naturaleza para encontrar soluciones funcionales y sostenibles para optimizar los espacios.

El equilibrio y la armonía son elementos de alto valor en cualquier diseño y son intrínsecos en este concepto como motor de sus creaciones. Pero ¿cómo adaptamos la biofilia a nuestros hogares, oficinas y espacios de trabajo o tiendas? Hay varios factores que se deben tener en cuenta para implementarlo.

Traer la vegetación al interior con jardines verticales y plantas. Estas se han convertido en la manifestación de ese reencuentro con la naturaleza en los espacios urbanos y de oficina que por muchos años han estado desconectados de esta sensación de bienestar. La vegetación más adecuada para aplicar en interiores es aquella que no emite polen, lo que permite evitar alergias. Algunas de estas especies son la hiedra, palmas pequeñas, el bambú, la lengua de tigre, entre otras. Estas plantas requieren una cantidad baja de agua y de cuidados. Algunas de ellas incluso limpian tóxicos e impurezas del ambiente.

La mejora en la calidad del aire que proporciona un jardín de este tipo además de beneficiar nuestra salud, ayuda a que las personas sean más productivas y que su rendimiento mejore gracias a que aportan calma y ayudan a la concentración. En ambientes de retail se vuelven espacios muy atractivos para los visitantes, estimulando las ventas.

La luz del sol, que puede entrar por grandes ventanales, activa las emociones positivas. La ventilación natural es otro elemento básico. Ventanas con vistas hacia parques o áreas verdes incrementan la sensación de bienestar.

El agua hace parte importante de esta conexión y se puede implementar a través de pequeñas fuentes. El sonido del agua al caer es relajante y rítmico, trayendo a los espacios energías naturales.

Mobiliarios y accesorios con materiales como la madera, el bambú o la piedra que además de ser duraderos son biodegradables, nos conectan con un entorno más vivo.

Los colores en los interiores también contribuyen a esa sensación de vida en el diseño biofílico: colores tierras, beige, terracotas y amarillos traen a los espacios interiores energía y vitalidad, incluso mezclándose con azules que transmiten frescura a las áreas.