La función del espacio, la identidad de la marca, el contexto arquitectónico, las necesidades del usuario, entre otros elementos relevantes, son las herramientas para iniciar con esta aventura creativa, cuyo punto de partida es siempre una escucha activa del cliente, sus propósitos y su visión con respecto al proyecto.

El objetivo de esta etapa es el de aportar soluciones originales en donde se tienen en cuenta diferentes perspectivas en función del usuario del espacio. Esta mirada nos ayuda a entender sus necesidades, deseos y comportamientos frecuentes, para crear experiencias significativas y satisfactorias.

Toda esta información es el motor para generar ideas que exploren diversas posibilidades y deriven en conceptos creativos. En esta etapa se desarrollan procesos de design thinking en donde la imaginación se deja fluir con ejercicios de brainstorming.

Es la etapa más importante en la creación de un proyecto porque es el momento en el que se exploran diversas ideas que logren capturar la esencia y el propósito de proyecto antes de empezar a darle forma a la propuesta.

Las ideas se seleccionan y combinan para estructurar los conceptos que mejor representen la visión y alcance del proyecto. Con estos conceptos claros en mente, se inicia el desarrollo del storytelling, que guiará todas las decisiones posteriores con una narrativa coherente entre todos los elementos de diseño.

Estos se empiezan a ver reflejados en los moodboards, donde la selección de paletas de color, materiales, texturas y elementos clave del diseño se convierten en el vehículo para expresar la identidad de la marca y reflejarla en espacios comerciales o corporativos.

Esta creación de conceptos sólidos como punto de partida nos permite establecer una narrativa coherente que defina la dirección estética y funcional del proyecto con la cual se pueda crear diferenciación y trascender las respuestas convencionales con un enfoque innovador, generando propuestas alineadas a la personalidad y esencia de marca, que fortalezcan su imagen.

Una vez creado el storytelling, se inicia la etapa de diseño o CREA, que pasa a las manos del equipo de arquitectura y diseño, que visualizan dichos conceptos y aportan su experiencia e ideas en la creación del espacio y la marca, desarrollando los planos, renders, muebles, gráficos, entre otros materiales, que reflejen los conceptos desarrollados y los lleven a su producción en la etapa ACTÚA.

La solidez conceptual en un proyecto de diseño interior implica coherencia entre todos los aspectos, arquitectónicos, gráficos, y de mobiliario, para mantener una línea que refuerce la visión creada para la marca.